La Liceo francés de Santo Domingo y el sistema educativo francés siempre han fomentado la práctica del canto en las aulas por sus numerosos e innegables beneficios educativos. Pero desde hace diez años, la tradición coral crece en nuestra escuela gracias a la iniciativa de una profesora de CE1, Cécile Brehm.
 

Para las dos clases de su nivel, organizó una presentación coral de gran calidad con los padres de los alumnos como público en el marco de un espectáculo de fin de curso. Y desde entonces, la tradición nunca ha fallado a pesar de la marcha de este maestro. El número de clases presentadas ha aumentado, primero uniendo el CE1 y el CE2, luego, más recientemente, justo antes del confinamiento, 6 clases de CP, CE1 y CE2 con, además, un tema como guía para la elección de las canciones.
 

Sólo la escuela virtual nos ha obligado a suspender esta tradición desde hace dos años, aunque hay que señalar que, entre otras cosas, dos producciones de videoclips, «Du vent dans les voiles» del CE1 hace dos años, y «Le rap de la pandémie» del CM2 el año pasado, han mantenido viva la llama de la canción.
 

Con fuerza y determinación nos lanzamos este año a un gran reto después de un año de sesiones presenciales para reunir a 10 cursos de CP a CM2 y presentar un coro teatral sobre el tema de un instituto eco-responsable.
 

El programa incluye 8 canciones que permiten un viaje en el tiempo y temas como el árbol, el pájaro, la tierra, el agua e incluso una creación original «le rap Eco» escrita por CM2.
 

Es un reto único y difícil reunir a casi 250 alumnos con tres idiomas en una actividad artística de esta magnitud. Cabe destacar también que se trata de un proyecto colaborativo y multidisciplinar que integra la redacción de textos y numerosas creaciones artísticas que se presentaron, añadiendo un aspecto multimedia al espectáculo. Sólo la experiencia de los últimos años nos ha permitido afrontar este reto.
 

Han tenido lugar las 4 actuaciones para los padres… En contra de nuestras expectativas, no hemos sentido ningún cansancio por parte de los niños. Cantaron con el corazón hasta la última nota.
 

Fuimos testigos de su sensibilidad musical, de su capacidad para modular sus voces y así matizar las canciones dirigidas por la batuta de nuestra nueva directora de coro Tania Bonilla. Los padres aplaudieron con entusiasmo.
 

Nuestro gran aprendizaje: la práctica musical puede dominar la energía desbordante de casi 250 niños reunidos.